martes, 6 de noviembre de 2012

LOS CUATRO MENDIGOS



Conozco esta tarta argelina desde hace mucho tiempo, muchos años. Se llama la tarta de los mendigos. Es un nombre que siempre me llamó mucho la atención. Más que nada porque no tenía ningún sentido para mí que fuera para mendigos. Podía ser para cualquier persona, no sólo para mendigos.

Por eso me puse a investigar sobre estas  palabras y la razón de ser de este nombre en francés, mendiant, en el norte de África, en Argelia aplicado a una tarta. Buscando y rebuscando en distintos libros míos y otros de varias bibliotecas descubrí que en estas regiones hay unos frutos y frutas secas que se asimilan a las órdenes mendicantes cristianas que las recorren y, supuse yo, llevando en sus zurrones este tipo de alimentos energéticos y de poco peso. La verdad es que en la región de la Provenza también se llaman los mendiants en recuerdo de las órdenes mendicantes a varias frutas y frutos secos, pero se sirven sin cocinar como parte de los 13 postres de la navidad provenzal. Eso no lo había dicho al publicar la entrada, pero lo añado.

Volviendo a nuestra tarta, tuve la confirmación un tiempo después gracias a una sobrina, a la que, además, le encanta esta tarta, que encontró que se llaman así estos frutos, los 4 mendigos, en todo el norte de África, hasta la costa de Egipto. Como un amigo me ha traído unos dátiles de Argelia buenísimos, he aprovechado para hacerla, porque es el tiempo de este tipo de frutas y frutos.

El relleno consiste en una mezcla de unas almendras tan blancas como los hábitos de los dominicos, unos higos secos tan pardos como el de los carmelitas, unos dátiles marrones pero mates como los de los franciscanos y unas pasas con un hábito tan negro como el de los jerónimos. He aquí los 4 mendigos.


Esta historia me ha resultado siempre tan interesante como otras muchas que tienen que ver con la cocina y la cultura de la comida del hombre. La alimentación y el asunto del comer es de gran importancia y nada es jamás por casualidad. Todo tiene su razón de ser. Me resulta muy divertido investigar el origen de estas razones.

¡Ah!. Se me olvidaba, la receta se encuentra pinchando aquí . Es una tarta buenísima y muy propia del otoño, cuando estos frutos y frutas --los 4 mendigos-- están en plena temporada, tiernos y sabrosos.

8 comentarios:

  1. Rosa, me ha encantado saber la historia de los cuatro mendigos. Como dices, es internaste saber que cada plato lleva detrás un porqué que siempre apetece saber a los que nos encanta la cocina y todo lo que concierne a ella. Gracias por la receta que seguro que está deliciosa y por acompañarla de esta bonita historia. Un beso

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    1. Da gusto encontrarse con las personas que, como tú, se interesan por estos asuntos y se divierten con sus historias. Gracias a ti por tu testimonio y un beso grande.

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  2. Una receta buenísima! Nos encanta que cada receta lleve asociada su historia!
    http://juegodesabores.blogspot.com.es

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    1. Me parece muy bonito vuestro blog. Preciosas las cestitas y recipientes. Y me siento muy contenta de que las historias que cuento sean interesantes. Dan a la comida otra dimensión además de la de sustento sin más.

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  3. Ainssss qué bonito!!!!! me ha gustado mucho tu historia Rosa, como todas las que cuentas. Además es una de mis combinaciones dulces favoritas sobre todo por sus raíces. Un beso grande, seguro que la prepararé pronto. Ciao

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    1. Pues manos a la obra con estos frutos. Están ahora en el momento mejor del año. Te sigo. Un beso grande.

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  4. Rosa,muchas felicidades,me encantan tanto la historia como la receta, es un gusto aprender de ti y prometo hacerla. Abrazos desde Tenerife.

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    1. Ana, he estado tan liada que no he revisado todas las entradas. Perdóname. Lo que dices me anima a seguir en estas historias llenas de aventuras de los hombres y sus alimentos. Un abrazo grande hasta tu tierra generosa, que me encanta.

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