Ayer, día 24, asistí gracias a la sugerencia de mi amiga Carolina Zendrera a la presentación del libro de Juan Carlos Arbex, Los peces de la corona (editorial Noray), que es continuación de El dibujante de peces, en el Salón de actos del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Puedes acceder a uno de los blog del autor aquí y al otro que conozco, con sus obras pictóricas, porque también practica la pintura de marinas, como buen amante del mar, aquí
La introducción del autor y sus obras corrió a cargo del director del Museo, Esteban Manrique, con palabras que dejaban entrever su gusto por estos libros y su pasión por las Ciencias Naturales y por su trabajo. Ambas obras retratan las vidas y avatares novelados de los personajes involucrados en el interés de la Corona española de finales del siglo XVIII en el conocimiento de las especies de pesca de consumo humano y en la localización de caladeros para la flota pesquera española. El consumo de pescado en España ha sido desde la Baja Edad Media --sigue siendo en nuestros días-- muy alto por diversas razones que no siempre tienen que ver con el gusto por este producto, sino con las abstinencias de carne que impuso la iglesia. La pesca y los pescados son el motivo que enlaza este asunto con la gastronomía y la alimentación, a la que se dedica este blog. La cocina y las cosas del comer están relacionadas con todas las otras actividades e intereses humanos, desde la ciencia hasta la literatura, pasando por la pintura o la historia. La disertación del autor y las preguntas planteadas por el público asistente muy numeroso fueron muy interesantes.
Aspecto del Salón de Actos del Museo de Ciencias Naturales durante el acto.
Sala del MNCM con el esqueleto de la gran ballena en la parte superior
El marco no podía ser más hermoso, junto a la gran sala del Museo de Ciencias Naturales, que es impresionante vista desde la pasarela que la rodea por uno de sus costados. Este Museo, que no es muy grande, sí merece una visita, mejor varias visitas, porque guarda colecciones únicas. Está muy cuidado y la atención al visitante es amable, diría yo que muy amable.
La verdad es que me encanta este museo, no sé si porque he vivido justo al lado y de niña y adolescente he ido mucho con mi padre, que conocía bien su historia y la de la ciencia española, y nos las relataba.
Mi madre, Consuelo Larrucea, por sugerencia de mi padre, Antonio Tovar, trabajó en el estudio de la correspondencia entre los científicos españoles y europeos y con Carlos III y Catalina II de Rusia, ambos muy interesados en las Ciencias y en el progreso de sus conocimientos, como demuestra este libro de J. C. Arbex en el caso del rey Borbón español, la pesca y su estudio con criterios científicos.
Mi madre se dedicó también a investigar el trabajo en el Virreinato de la Nueva Granada del médico y luego botánico José Celestino Mutis, que reunió en Santa Fe --hoy Bogotá-- un grupo escogido de dibujantes indígenas que, con colores naturales de las plantas del país y sus técnicas propias, pintaron las láminas maravillosas de la flora colombiana que hoy atesora el Real Jardín Botánico de Madrid. Además es responsable, junto a su amiga Ivonne Ojeda, de la constitución de la Asociación de Amigos de José Celestino Mutis y de las gestiones insistentes ante el Banco de España para que en el antiguo billete de 2000 pesetas figurara la imagen de este botánico extraordinario que fue Mutis, coetáneo y admirador de Linneo, al que conoció en Cádiz.
Volvamos al Museo. Aunque no en su emplazamiento actual, es desde 1771 uno de los primeros museos de Ciencias Naturales del mundo. El edificio del actual Museo del Prado --en el Prado de los Jerónimos, donación de los Reyes Católicos a la orden jerónima, que construyó a su lado el monasterio con la iglesia que aún permanece en el entorno del Paseo del Prado-- se diseñó para acoger el Gabinete de Historia Natural, cercano al Jardín Botánico, y al Observatorio Astronómico, ya construidos, y, más tarde, a la Casa de Fieras, que estuvo en el parque del Retiro. Se intentaba crear así un entorno dedicado a las Ciencias Naturales.
El edificio del Paseo del Prado nunca llegó a utilizarse para este fin, pues su construcción se paralizó por falta de fondos.... ¿A qué recuerda esto ......?. En época de Fernando VII se concluyó para convertirlo en la actual pinacoteca que es hoy. Para más información sobre el MNCN pinchad aquí
Otra vista de la misma sala, con el elefante
Esta iniciativa de utilizar los museos para presentar exposiciones o libros me parece excelente. Debería prodigarse más. En estos días finaliza la exposición de Grafistas Españoles 1940-1972, muy interesante, en el Museo de Artes Decorativas. La semana pasada asistí en la Academia de San Fernando a la inauguración de la exposición de dibujos de OPS en la Calcografía Nacional. Esta exposición merecerá otra visita por mi parte, con menos público. Da la casualidad de que el Museo de Ciencias Naturales estuvo allí alojado, en Alcalá 13, durante una época y hasta finales del siglo XIX.
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